Los leones que custodian el calendario ubicado en la plaza San Martín, frente a la Catedral, encierran una sorprendente historia. Tienen más de un siglo en la ciudad y son réplicas de esculturas que se encuentran en el Vaticano.
por Costanza Addiechi
En nuestra recorrida por los monumentos escultóricos más antiguos de la ciudad llegamos a los leones de la plaza San Martín.
Dos leones en reposo que custodian los días del tradicional almanaque marplatense. A ambos lados de este espacio, donde los turistas retratan la fecha de su paso por Mar del Plata, descansan resignados ante la pérdida del espíritu con el que fueron inicialmente emplazados.
El origen de estos leones lo encontramos trasladándonos a la Basílica de San Pedro en el Vaticano, más específicamente al monumento funerario de Clemente XIII, papa de la Iglesia Católica entre 1758 y 1769.
La imponente tumba, ubicada a la derecha del famoso Baldaquino de Bernini, fue realizada por el escultor italiano Antonio Canova (1757-1822). Esculpida, casi por completo en mármol, entre los años 1783 y 1792, fue la primera representación de estilo neoclásico en la Basílica. Su diseño es piramidal, en la cúspide se aprecia la figura del Papa arrodillado sobre el sarcófago rezando piadosamente. A su izquierda, una imagen femenina que porta una cruz y representa a la religión; a la derecha, un genio funerario alado personifica a la muerte. Y en la base, finalmente, hallamos dos leones: uno, que vigila atento a los pies de “la religión”, el otro reposa velando serenamente el sueño eterno del pontífice.
Estos leones fueron reproducidos durante el siglo XIX y colocados en el ingreso a prestigiosos edificios de diferentes ciudades del mundo. Símbolos de protección, fortaleza y sabiduría, llegaron a Mar del Plata para formar parte del paseo General Paz en el acceso principal de la rambla Bristol. Allí recibían a los visitantes asegurándoles un espacio donde su esparcimiento y descanso estaban garantizados.
En 1938, como hemos visto en publicaciones anteriores, el paseo costero fue desmontado. Los leones ya no tendrían que proteger el sitio más frecuentado de la ciudad balnearia. En su espacio se construiría el complejo Casino-Hotel Provincial del arquitecto Bustillo. De este modo fueron trasladados a la Plaza San Martín, frente a la Catedral, para ser colocados a ambos lados de los bancos italianos de mármol que hasta ese momento también integraban los jardines de la antigua rambla francesa.
Años más tarde los bancos desaparecieron y el lugar fue ocupado por el calendario que constituye aún hoy la postal obligada del turista.
Los mismos leones de la Basílica de San Pedro en Ciudad del Vaticano están en Mar del Plata, coincidentemente cercanos a la sede católica más importante. Son joyas del mundo del arte que merecen ser distinguidas y cuidadas como parte del inestimable patrimonio escultórico que poseemos. Sigamos reconstruyendo el camino de los monumentos para enriquecer así la historia de nuestra querida ciudad.
(*): Directora Coordinadora de Restauración de Monumentos Históricos Municipalidad General Pueyrredon.